Arruyo de Dios...
“Mi Dios es como un castillo
que me brinda protección.
Dios siempre me ayuda
cuando estoy en problemas.
Aunque tiemble la tierra
y se hundan las montañas
hasta el fondo del mar;
aunque se levanten grandes olas
y sacudan los cerros con violencia,
¡no tendré miedo!
Un río alegra a los que viven
en la ciudad de Dios;
sus arroyos llenan de alegría
el templo del Dios altísimo.
La ciudad de Dios jamás caerá
porque Dios habita en ella;
Dios mismo vendrá en su ayuda
al comenzar el día.
Cuando Dios deja oír su voz,
se asustan las naciones,
se tambalean los reinos
y se estremece la tierra.
Conmigo está
el Dios del universo;
él es Dios de nuestro pueblo,
¡él es mi refugio!
¡Vengan, vengan a ver
las grandes maravillas
que Dios ha hecho
en toda la tierra!
Hasta en los lugares más lejanos
les puso fin a las guerras;
destrozó arcos y lanzas,
y echó al fuego los escudos.
Y dijo:
«¡Todas las naciones del mundo
reconocen mi grandeza!
¡Reconózcanme como su Dios
y ya no se peleen!»
Conmigo está
el Dios del universo;
él es Dios de nuestro pueblo,
¡él es mi refugio!”
Salmo 46
Comentarios
Publicar un comentario