A LA REINA DEL DIVINO QUERER.
Madre mía hermosa,
que estás en el Cielo,
haz que a Tú Jesús no ofenda jamás;
por tanto no permitas que me separe
nunca de la Divina Voluntad.
Reina del Divino Querer,
tómame en Tú regazo materno
y enséñame a vivir sólo de Voluntad Divina.
Reina Soberana,
viviendo en la Divina Voluntad
Te pido para mí y para todos
Tú Santa Bendición
descienda ésta como Celestial rocio
sobre los pecadores y los convierta...
sobre los afligidos y los consuele...
sobre el mundo entero y lo transforme al bien....
sobre las almas del Purgatorio
y extinga en ellas el fuego que las quema.
Tú bendición materna sea prenda
de Eterna Salvación para todas las almas.
Así sea.
Amén.
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